domingo, 18 de julio de 2010

Pattinson, un galán que no aspira a ser estrella


Un año y medio después del estreno de “Crepúsculo”, la locura en torno al protagonista de la saga, Robert Pattinson, se ha atenuado hasta lograr una atmósfera respirable, aunque ahora repunte con el estreno de “Eclipse”, la tercera entrega.
A sus 24 años, este londinense es consciente de su condición de ídolo de masas y rompecorazones entre el sector adolescente, aunque en las distancias cortas se distinga por su sencillez, educación y facilidad en el trato, virtudes que no siempre acompañan a las grandes estrellas del cine.
“La gente, gracias al contacto con la prensa, me va conociendo y me va viendo y tratando como una persona normal y corriente”, dice el “vampiro” joven más famoso del mundo, Edward Cullen, durante un encuentro con un grupo reducido de medios. Pero lograrlo no ha sido fácil.
Pattinson recuerda el “fenómeno fan” de las novelas de Stephenie Meyer como algo exagerado, especialmente cuando se estrenó la primera parte de la saga cinematográfica, dirigida por Catherine Hardwicke, en noviembre de 2008.
“La gente se volvía loca. Todos me llamaban Edward. Veía en sus ojos que me miraban como lo hace el personaje. Eso me asustó un poco. Pero por suerte las cosas cambiaron. Me resulta todo más fácil ahora y lo disfruto más. Lo de antes era un delirio”, manifiesta el británico.
La decisión correcta
Un año después llegó la segunda parte, “Luna nueva”, de Chris Weitz. Entre ambas películas recaudaron más de 1.100 millones de dólares en la taquilla de todo el mundo. Pero el dinero no lo es todo para el actor.
“Hacer una película sólo por el dinero es algo sin sentido”, opina, y en estos años él no ha dudado en embarcarse en cintas independientes como “Little Ashes” (aquí puede verse por la señal de cable Cinemax, que la emite bajo el título de “Sin límites”), en la que da vida al pintor español Salvador Dalí en su época de juventud, cuando compartía la Residencia de Estudiantes de Madrid junto a otras figuras enormes como Federico García Lorca -con quien, según la película, Dalí habría tenido un romance en esos años- y el entonces ascendente cineasta Luis Buñuel.
La idea de Pattinson es seguir haciendo trabajos similares, dado que se encuentra más cómodo en films donde el peso del proyecto no recaiga exclusivamente sobre sus hombros. Es también el caso de “Water for Elephants”, film en el que comparte cartel con Reese Witherspoon (“legalmente rubia”) y Christoph Waltz (“Bastardos sin gloria”).
Aquí encarna a un joven que, durante los años 30, es el encargado de cuidar a los elefantes en un circo ambulante y terminará enamorado de la trapecista, la cual es pareja del brutal adiestrador de los animales.
“Ahora estoy en una fase inicial de mi carrera y prefiero papeles secundarios, que tengan sentido para mí. Es algo excitante”, admite.
“Trabajar con esos actores, que son mucho más grandes que yo y ya atraen de por sí a una audiencia segura, es genial. Lo prefiero así y me resulta más fácil”, añade.
Pero por ahora toda su atención recae sobre “Eclipse”, dirigida por David Slade. La cinta versa sobre el amor entre Edward y Bella (Kristen Stewart) y acerca de cómo conviven frente a la amenaza de un ejército de sanguinarios vampiros neófitos y la alianza entre los lobos del clan Quileute y los vampiros de la familia Cullen.
“Hasta ahora Edward sólo tenía el problema de tomar la decisión correcta respecto a la chica. Ahora que se ha comprometido con ella, esto le abre las puertas a un espectro enorme de emociones. Se vuelve más humano y es más divertido y complejo de interpretar”, declara Pattinson.
El actor volverá a dar vida a este personaje en las dos películas en las que se dividirá “Amanecer” (en inglés “Breaking Dawn”), la cuarta y hasta ahora última parte de la saga de vampiros adolescentes cuyo estreno está previsto para 2011. “Cuantas más veces interpretas un papel, más miedo tienes de repetirte y de que se convierta en algo aburrido”, reconoce.
“Hay que seguir descubriendo cosas nuevas en la historia y, para un personaje que no envejece ni cambia físicamente, es bastante difícil”, agrega Pattinson.
Apuesta tranquila
“Cualquier cosa que diga es objeto de sensacionalismo y lo usan como titulares sin sentido”, dice sobre los rumores de una relación con Kristen.
Sin embargo, Pattinson apuesta por mantener una vida normal, dentro de los límites que la fama obliga. “Puedo pasear sin ser reconocido, a no ser que busque un subidón del ego”, apunta el que pasa por ser el nuevo James Dean para la generación 2.0.
“Supongo que es porque tenemos el pelo similar”, dice entre risas. “Me lo tomo como un halago, pero nadie es el nuevo nadie. La industria ha cambiado mucho y ya no hay grandes estrellas. Es imposible que las haya”, concluye el actor que se ve a sí mismo como alguien “de lo más sencillo”.
“No gasto mucho dinero. Comprar coches con mi sueldo lo veo ridículo. Tampoco me gusta comprar ropa; de hecho no me importa vestir la misma cada día. Pero sí me gustan las guitarras antiguas. He comprado dos realmente bonitas”, concluye.


No se el resto de las fans, pero si Rob no aspira a ser estrella, sino a una roca, el sol, la luna, me da lo mismo, igual lo voy a querer, y solo en vez de decir que somos fans de la estrella de Twilight lo somos de lo que el quiera.

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