Comienza la cuenta atrás y, si las terribles profecías del Calendario Maya no lo impiden, nos espera un 2012 de lo más prometedor en lo que a cine se refiere.
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La segunda parte de "Amanecer", dirigida como la anterior por Bill Condon y por supuesto protagonizada por Kristen Stewart, Robert Pattinson y Taylor Lautner, estará lista y dispuesta para el mes de noviembre. Estos tres jovencísimos actores se han convertido en los más taquilleros y rentables de todo Hollywood, pero comienzan a querer salir ya de esa dorada y provechosa jaula dorada que han sido las adaptaciones cinematográficas de las novelas de Stephenie Meyer y buscar nuevos horizontes cinematográficos.
A Kristen Stewart, por ejemplo, veremos cómo le sientan los aires de la contracultura y de la llamada "generación beat", porque será una de las protagonistas de "On the road", la mítica novela de Jack Kerouac, que ha llevado al cine el director brasileño Walter Salles y en la que también intervienen Viggo Mortensen, Kirsten Dunst y Amy Adams, entre otros.
También será la virginal Blancanieves en una de las versiones que se preparan del clásico cuento de los hermanos Grimm y en la que Charlize Theron será la madrastra. Comprobaremos si, como dice el espejo mágico, Kristen es la Blancanieves más bella a partir del mes de junio.
Pattinson, por su parte, dejará de afilar sus colmillos de vampiro bueno y se pondrá en la piel de Georges Duroy en "Bel-Ami", ese joven arribista, creado por el escritor francés Guy de Maupassant, que llega al París de finales del siglo XIX dispuesto a comerse el mundo al precio que sea y, de paso, a seducir a todas las mujeres que se pongan a su alcance. En el film compartirá cartel con Christina Ricci, Uma Thurman y Kristin Scott Thomas. Todo un lujo.
Y como no hay dos sin tres, el joven actor británico estrenará, en este próximo 2012, "Cosmópolis", de David Cronemberg, basada en la novela homónima de Tom DeLillo, y que cuenta veinticuatro horas en la vida de un multimillonario en Manhattan. Un duro retrato, dicen, de este convulso mundo económico que nos toca vivir y que parece que, por desgracia, no acabará en los próximos doce meses. Pero para eso está el cine, para dejar aparcada la dura realidad al menos durante un par de horas y dejarse llevar por la fantasía que refleja una pantalla en blanco.
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